lunes, 9 de junio de 2014

CONGREGACIÓN HERMANAS DE LOS POBRES SAN PEDRO CLAVER:
La Congregación de las Hermanitas de los Pobres (P.S.D.P.1 ) es una congregación religiosa femenina católica fundada en en Saint-Servan (Francia) en 1839 por Juana Jugan, canonizada el 11 de octubre de 2009, para el servicio de los ancianos.
Desde su fundación la Congregación empezó a extenderse rápidamente por diversas ciudades de Francia, en el año 1851 se instalaron también en Inglaterra y dos años después en Bélgica. A partir de 1855 con la ayuda del Padre Ernest Lelièvre se experimentó una rápida expansión. A la muerte de Juana Jugan, 40 años después de la fundación, las hermanitas eran ya 2.400, divididas en más de 170 comunidades establecidas en Francia, Inglaterra, Bélgica, Escocia, España, Irlanda, Estados Unidos, Argelia, Italia y Malta.
El año 1882 se fundó en Calcuta (India) la primera casa en el continente asiático, y en 1884 en Melbourne (Australia). En 1885 se funda la primera casa en América, en Valparaíso (Chile), y en 1886 se iniciaron las fundaciones en África.
Actualmente la Congregación está presente en 32 países en 202 casas para los ancianos, con 2.800 hermanitas.
Las Hermanitas llegaron a España en el año 1863. Actualmente existen 30 casas para los ancianos repartidas por toda la geografía española.

La Congregación de las Hermanitas de los Pobres está al servicio de los ancianos en los cinco continentes. Los cuida en espíritu de humilde servicio, formando una sola familia y guardando viva la herencia de su fundadora Santa Juana Jugan.

QUE COMPLEMENTABA LA MADRE MARCELINA:
la madre marcelina contemplaba la naturaleza .
"La naturaleza nos habla de Dios, necesitamos ponerle atención. Las religiosas debemos ser como los artistas y los poetas, listas a descubrir la belleza de Dios, en todas sus obras" 


SIERVA DE DIOS.
El 18 de junio de 1874 nace en Caracas, Venezuela la Madre Marcelina de San José. En 1912, la Madre Marcelina funda la Congregación de Hermanitas de los Pobres de San Pedro Claver.

En 1959, en la ciudad se Barranquilla, Colombia, la Madre Marcelina muere en olor a santidad.
En 1986, inicia la causa de su canonización y es proclamada Sierva de Dios.


MATICES DEL SILENCIO

COLEGIO MADRE MARCELINA  


MISIÓN

Formar integralmente al estudiante, desde una vocación de servicio humilde y sencillo por amor, ejercida en la práctica misma, en el respeto de los derechos humanos, fundamentado en los Valores, Principios Católicos y Carismales de nuestra Congregación; que lo comprometa a ser apóstol del Evangelio, dando sentido a su proyecto de vida, como integrante del núcleo familiar y social, promoviendo así, la dignidad de la persona, que busca la construcción de una sociedad humana y justa.

VISIÓN

El Colegio Madre Marcelina, de la Congregación Hermanitas de los Pobres de San Pedro Claver, en la presente década, lidera precesos de orientación y acompañamiento, donde lo esencial es la apropiación de Valores, Principios Católicos y Carismales, que permitan el anuncio de la Buena Nueva, para que mediante la acción educativa, cultiven, fortalezcan y valoren el sentido de la dignidad humana y asuman su proyecto de vida acorde a su edad, formación y signos de los tiempos, ejerciendo así, el desarrollo del pensamiento investigativo, en diversos escenarios: religioso, político, económico, tecnológico y cultural, proyectando hombres y mujeres en un nuevo ámbito social.



POLÍTICA DE CALIDAD


En el Colegio Madre Marcelina, se asume y desarrolla una cultura de calidad, fundamentada en los Postulados Marcelinistas, que permiten formar integralmente, hombres y mujeres con capacidad de búsqueda permanente de la excelencia académica y humana, mediante el mejoramiento continuo de los procesos educativos en los Niveles de Pre-escolar, Básica y Media; lo cual permite responder a las necesidades, intereses y expectativas de la comunidad educativa. La misión, Visión y Objetivos planteados en el Proyecto Educativo Institucional, son producto de la interacción de la Gestión: directiva, académica, administrativa y de la cominidad, que orientados por el Carisma Marcelinista, nos brinda la posibilidad de rehacer la historia personal y social, reflexionando sobre los principios y fundamentos que sustentan la filosofía de la institucional. La ampliación, adecuación y embellecimiento de la planta física, permite atender la demanda y cobertura de la población estudiantil, mejorando la prestación del servicio educativo.

ESCUDO Y BANDERA

ESCUDO:



El escudo está enmarcado en una franja donde lleva impreso el nombre de la institución.  El libro abierto representa el conocimiento, sabiduría e investigación.  La antorcha encendida simboliza la fe que ilumina los valores, principios Marcelinistas y pertenencia a la Iglesia Católica.  Estos elementos le dan sentido al lema “Ciencia y Fe”



     


       BANDERA:

La bandera tiene forma rectangular, compuesta por dos franjas horizontales de igual tamaño, en cuyo centro se encuentra el escudo de la Institución.

La franja superior de color azul, significa la inmensidad del océano que baña la región que sirvió de asentamiento a la congregación fundadora.

La franja inferior de color blanco, refleja la pureza del corazón de todos los miembros de la institución a ejemplo de Maria como modelo de valores y forjadora de paz y armonía.





domingo, 8 de junio de 2014

Marcelina de San José (Caracas, el 18 de junio de 1874) fue una religiosa venezolana que vivió en Colombia y fundó la Congregación de las Hermanitas Pobres de San Pedro Claver. Fue declarada Venerable por el Papa Benedicto XVI, el 20 de diciembre de 2012. Se encuentra en proceso de beatificación.



BIOGRAFIA:

Luisa Marcelina Aveledo nació en el seno de una familia que le brindó una recta formación humana y cristiana. Su madre era miembro de la Tercera Orden Franciscana y su padre murió al poco tiempo de su nacimiento.
En 1899, a sus 25 años, Luisa Marcelina ingresó en Maiquetía a la Congregación de las Hermanitas de los Pobres, cuya dedicación y oficio eran la adoración de la Eucaristía y el auxilio y cuidado de los enfermos en los hospitales. El 25 de marzo de 1900 vistió el hábito religioso, recibiendo el nombre de Marcelina de San José. Emitió su primera profesión en 1902, y la profesión perpetua en 1908. La Hermana Marcelina de San José fue enviada al hospital venezolano de Los Teques para dirigirlo y allí, con generosidad, se dedicó al cuidado de los enfermos y de los militares heridos.
En 1909 fue nombrada superiora de la comunidad de Barranquilla. Allí las Hermanas dirigían un hospicio en el que recibían a casi cien ancianos pobres y se atendían gratuitamente a muchas niñas pobres en una escuela. En razón de la diversidad de pensamiento y opiniones sobre la razón de la vida religiosa en el Instituto, comenzaron los disentimientos. Esto generó una gran perturbación en la vida de la reciente Congregación de tal manera que muchas Hermanas, entre ellas la Madre Marcelina de San José, se separaron del Instituto beatificación.
La Madre Marcelina de San José, junto con las Hermanas de Barranquilla, quiso perseverar en su oficio, atendiendo generosamente a los ancianos en el hospicio, y se confió a la protección del entonces Arzobispo de Cartagena (Bolívar, Colombia), monseñor Pietro-Adamo Brioschi, quien determinó la separación de ambos Institutos, disponiendo cambiar al de Barranquilla el hábito y el nombre. Las religiosas pasaron a ser conocidas como las Hermanitas de los Pobres de San Pedro Claver, señalando el ejemplo de aquel Santo de la Compañía de Jesús, que fue Apóstol de los esclavos.
En 1917 la Madre Marcelina de San José fue elegida Superiora General, confirmada de nuevo en este oficio en 1935. La nueva Congregación se expandió al asumir obras de caridad para los mendigos, los necesitados y los ancianos. Concluido su oficio de Superiora General, la Madre Marcelina de San José fue elegida responsable del Consejo General, oficio en el que se dedicó a la formación de las Hermanas y se hizo ejemplo vivo de generosidad, paciencia, benevolencia y suavidad en el servicio a los necesitados.
Para las jóvenes que ingresaban al Instituto, la Madre Marcelina de San José elaboró y dispuso algunas notas sobre los principios de la espiritualidad de la Congregación: el amor a la Cruz, el recogimiento interior, el silencio, el amor a los pobres en quienes se sirve al mismo Cristo y la renuncia a uno mismo. Meditaba principalmente sobre la Divina Providencia, la Pasión, la Eucaristía, la Inmaculada y San Pedro Claver.
La Madre Marcelina de San José fue una mujer jovial y modesta, dedicada a la contemplación y preparada para la acción. Mantenía una disposición muy equitativa para con los amigos y los adversarios, era correcta en su proceder y modesta en la penitencia. Vivió su consagración religiosa con gran ardor y siempre deseó vivir como mínima en la presencia de Dios.
Dedicó un cuidado maternal a los sacerdotes a quienes sostenía con su oración y su apoyo. La Madre Marcelina de San José nunca pronunció palabras de indignación en las abundantes adversidades de su vida. Siguió el ejemplo del Buen Samaritano, ayudando sin demora a los necesitados y principalmente a los más pobres y abandonados. También cuando enfrentó situaciones adversas al Instituto, logró un coherente testimonio de fe, apoyándose en la oración constante y el amor a la Eucaristía. La virtud de la esperanza acompañó toda su vida, haciéndola una mujer fuerte pero amable y dócil. Ejerció la virtud de la caridad en estrecha unión con Dios y en un amor permanente por el prójimo.


FALLECIMIENTO:
En los últimos meses de su vida, debido a una grave y dolorosa enfermedad que soportó con fortaleza en comunión con el Señor crucificado, murió en Barranquilla el 16 de noviembre de 1959.

VENERABLE:
El 20 de diciembre de 2012, el Papa Benedicto XVI publicó un Decreto reconociendo sus virtudes heroicas y dándole el título de Venerable.